Receitas Sem Segredos

1. Mezclamos la harina y la levadura fresca, desmenuzada, en un recipiente amplio y hondo. Añadimos el anís en grano, el azúcar, la sal y la ralladura de medio limón. En otro cuenco batimos el huevo con la leche y el licor de anís. Añadimos los líquidos a la primera mezcla (la de la harina) y mezclamos para obtener una masa homogénea.

2. Incorporamos la manteca de cerdo en pequeños trozos. Amasamos bien hasta integrar y obtener una masa lisa, homogénea y elástica. Engrasamos un cuenco e introducimos en la masa en su interior. Lo cubrimos con un paño limpio y seco y dejamos fermentar durante una hora y media o dos horas, según la temperatura que tengamos en la cocina, o hasta que doble su volumen.

3. Hacemos pequeñas bolas con la masa (a mi me han salido 14 unidades) y las vamos poniendo sobre una bandeja de horno untada con aceite o cubierta con una lámina de silicona. Tapamos con un paño y dejamos fermentar de nuevo hasta que las bolas doblen su volumen.

4. Cuando la masa esté lista, tomamos cada una de las bolitas y hacemos un agujero en el centro. Será más fácil si nos engrasamos las manos ligeramente, así no se nos pegarán a los dedos. Calentamos abundante aceite en un cacito y freímos los buñuelos a fuego suave, volteando para que se doren por igual por ambos lados.

5. Los escurrimos sobre un plato con papel absorbente para retirar el exceso de aceite. Mezclamos el licor de anís y el agua e introducimos la mezcla en una botella de spray. Pulverizamos los buñuelos con la mezcla e, inmediatamente después, los rebozamos bien en azúcar. Listos para consumir.

Para la masa:

1. En un bol, disponer la harina, la levadura, una pizca de sal, 2 huevos, la mantequilla y la nata.

2. Mezclar bien hasta formar una masa. Meterla en la nevera durante 20 minutos.

Para el relleno:

1. Mientras tanto, saltear en aceite de oliva, la cebolla, el ajo y el pollo desmenuzado.

2. Añadir el extracto de tomate y los tomates pelados.

3. Dejar reducir rápidamente y añadir el queso crema.

4. Sazonar con sal, pimienta, perejil y reservar.

5. Extender la masa con un rodillo, darle forma y añadir el relleno.

6. Cerrar bien la masa con un tenedor, pincelarla con el huevo batido, espolvorear el queso parmesano rallado y hornear a 200 grados durante 25 minutos.

1. Colocar la manteca en un bol a punto pomada.
2. Agregar el azúcar y batir hasta obtener una preparación cremosa.
3. Perfumar con la esencia de vainilla y la ralladura de limón.
4. Añadir las yemas una por una y batir bien.
5. Incorporar la maicena, si es posible tamizándola junto con el polvo de hornear.
6. Formar un bollo, tratando de tocar la masa lo menos posible.
7. Envolver en un film y llevar a heladera por 30 minutos.
8. Luego estirar la masa con un palote de amasar sobre una mesa enharinada hasta que quede de ½ cm de espesor y cortar discos del tamaño deseado (generalmente son de 4 o 5 cm de diámetro) con un molde de cortar galletas (cortapasta) o si no disponemos de uno, con la boca de un vaso. Hay que tener en cuenta que crecen al hornearse.
9. Colocar los discos en una placa enmantecada algo separados para que no se peguen.
10. Precalentar el horno a 200ºC aproximadamente y cocinar por 5 minutos los discos hasta que estén algo dorados. Es importante no cocinarlos en exceso.
11. Una vez cocidos, retirar los discos de la placa con cuidado (con la ayuda de una espátula) y dejar enfriar antes de armar.

1. Enharina y engrasa un molde redondo para hornear. Precalienta el horno a 170°C.

2. Tamiza la harina y la maizena. Separa las yemas de las claras de todos los huevos. Aparta.

3. Calienta a baño maría el queso, la leche y la mantequilla, deja enfriar la mezcla.

4. Bate aparte las yemas de los huevos con el jugo de limón, la ralladura y la vainilla.

5. Añade la harina y la maizena a la mezcla de queso.

6. Agrega las yemas a la mezcla completamente fría. Bate muy bien y si es necesario utiliza un colador para eliminar los grumos.

7. Monta aparte las claras a punto de nieve. Bate y agrega la pizca de sal y el azúcar (poco a poco, en forma de lluvia). Continúa batiendo hasta que se formen picos.

8. Mezcla poco a poco y con movimientos envolventes el merengue con las yemas.

9. Horna a baño maría por una hora.

10. Deja enfriar adentro del horno, aquí es donde tomará la esponjosidad.

11. Puede decorar con azúcar glass.

1. En una batidora
   Añadir los huevos, el azúcar, la levadura seca, la mantequilla, la sal y la leche tibia. Batir durante 2 minutos. La leche no puede estar demasiado caliente, de lo contrario mataría las bacterias de la levadura;
2. Trigo poco a poco
   Pasar el contenido a un bol y añadir un poco de harina de trigo, y remover con una cuchara. Ir añadiendo el trigo poco a poco y removiendo hasta que la masa esté pesada;
3. Remover la masa
   Espolvorear trigo sobre una superficie y colocar la masa. Espolvorear trigo sobre la masa y remover con las manos hasta que quede lisa y bonita, no hace falta amasar, es una masa fácil de trabajar;
4. Dejar reposar la masa
   Haz una bola con la masa y déjala reposar en un recipiente tapado durante 1 hora;
5. Divide la masa
   Divide la masa de pan en dos partes, remueve un poco más y abre una de ellas con un rodillo. Es fácil, la masa no se pegará;
6. Enróllala y dale forma de pan
   Enrolla la masa para que tenga bordes bonitos y haz lo mismo con la otra mitad;
7. Dejar levar
   Pon las dos partes en un molde engrasado, tápalo con film transparente y déjalo reposar otra hora;
8. Hornear el pan casero
9. La masa de pan estará bien crecida Píntala con una yema de huevo y cuécela en el horno precalentado a 200ºC durante 25 minutos. Disfruta de este esponjoso pan casero.