1 galón (3,8 litros) de leche entera fresca
1 1/2 cucharaditas de cuajo líquido
1/4 de taza de agua sin cloro
1/4 de taza de sal
En una olla grande, calienta la leche a fuego medio hasta que alcance una temperatura de aproximadamente 32-35°C. Utiliza un termómetro de cocina para medir la temperatura con precisión.
En un recipiente pequeño, mezcla el cuajo líquido con el agua sin cloro. Luego, agrega esta mezcla a la leche caliente y remueve suavemente durante unos segundos para combinar bien.
Cubre la olla y deja que la leche repose durante aproximadamente 45 minutos a una hora, o hasta que se forme un cuajo firme en la superficie.
Una vez que el cuajo esté firme, corta el cuajo en pequeños cubos de aproximadamente 1 cm utilizando un cuchillo afilado. Asegúrate de cortar todo el cuajo en cubos para permitir una mejor separación del suero.
Calienta la olla nuevamente a fuego medio-bajo y agita suavemente la cuajada con una cuchara de madera para evitar que se pegue en el fondo. Continúa calentando hasta que la temperatura alcance los 45-50°C. Remueve con cuidado durante este proceso para evitar que se forme un grumo.
Una vez que la cuajada alcance la temperatura deseada, retira la olla del fuego y deja que la cuajada repose durante 5 minutos para permitir que los sólidos se asienten en el fondo.
Coloca un colador grande sobre un recipiente o fregadero y cubre el colador con una gasa o tela de queso.
Con una cuchara perforada, transfiere la cuajada al colador, dejando que el suero se escurra. Puedes guardar el suero para otros usos si lo deseas.
Una vez que la cuajada haya drenado completamente, regresa la cuajada al recipiente de la olla. Añade la sal y mezcla suavemente para distribuirla uniformemente.
Llena un recipiente con agua fría y añade hielo. Sumerge la cuajada en el agua fría durante unos minutos para enfriarla rápidamente y detener el proceso de separación del suero.
Ahora, la mozzarella casera está lista para ser moldeada. Puedes darle forma de bolas, trenzas o cualquier otra forma que desees. Asegúrate de manipularla suavemente para mantener su textura suave.